Cuenta Cuentos IX
¡Que planea sobre todo, y sabe sin esfuerzo,
la lengua de las flores y de las cosas mudas! Ch. Boudelaire. |
Me oculto replegada y serena
en la caracola que enterrada me resguarda
acunada alunada
entre los delicados filamentos
de la precisa sonoridad de tu voz
que se perpetua en espirales
entre tantas palabras atesoradas
oliendo otras nunca dichas
Confío y sueño
Alada ante el atronador llamado
surjo traspaso y venzo la oscuridad
al saberte prisionero
entro en el vórtice oscuro que te ata
y derroco
desde mi levitar sobre toda frontera
que resguarda la comarca que te aprisiona
intuyo dónde buscar
Y llego
a dónde yace desfalleciendo la ilusión
escavo entre las paredes húmedas
de una asquerosa mazmorra
Herida me refugio
entre los sueños que desboco
para ocultarnos
más rápido
más de prisa
converjamos
Nadie nos alcanzará aquí
internos
entre los pliegues de la claridad
Aquí donde intentaré ahogar entre suspiros
la duda que te rompe los huesos
sanar tu equilibrio desquebrajado
deglutiendo las espinas de la soledad
Extenuado al instinto
custodiaré su sanación entre tizanas y miel
Por más que resurjo e intento revertir
la devastación del tiempo
me rebasa tu zozobra manifiesta
(dentro y fuera del mismo soñar
todo se petrifica)
Y se proyecta en la pantalla de mi pecho
el inconcreto anhelo
como sombra densa que se interpone
ante la flama opaca de un viejo quinqué
surge entre volutas densas el desaliento
como juego de sombras chinescas fantasmal
Y juro que elevo mi voz
e intento elevar la tuya
intento aprender a vibrar al unísono
con la situación que nos rebasa
Y de entre los sepulcros deslavo
con la fuerza de mis lágrimas
los paredones putrefactos
que intentan oprimirte tapiar
pero
La duda con que tiemblas
me amordaza
me acosas y diluye mi determinación
Y me pierdo intempestivamente
caigo ciega con el alma desgarrada
Caigo ahogándome
ante la opresión desfallezco
en un descender inverosímil
entro en picada entre la muralla densa del abismo
de mis propias dudas
Que crecen crecen y crecen...