miércoles, noviembre 14, 2012

Inclemente vocablo

Nada en el mundo es más suave que el agua,

pero nada es mejor para vencer la dureza.



Tao Te-King



¡Te amo!
Y en el instante mismo de precibir la voz en la palabra
se eleva un desconcierto
como vapor cálido que crece nubes
dimensionando en mis sesos el absurdo.

Sí. Porque te amo
no te percibo ajeno al enemigo.

O al herrero que creemos nos es extraño y,
más sin embargo,
forjó la silla donde reposas
y desde la cual se pierde tu mirada
al observar e interser allí, donde muta y respira la montaña.
Mirar que me arrebata y si valiera
más me enamora
aunque todo el mundo estile de entre tus manos
de águila-pez inquieto y vivaz.

Mi, te-a-mo, es el gesto
la sentencia que desde mi estar
pretende manipular los tiempos,
universos
y renovar la percepción de ellos
al pretender que te manifiestes desplegado allí.
Se fusionen todos los unos con el "tú".
Tú, pleno latido en todo, total (...como si de ellos fuésemos ajenos).

Sólo con modelar el viento dentro del pecho inflamado
se volatiliza esta sonora declaración
al ser impulso acorde con el latido casi suspendido.
Al ser impulso que férreo se abre camino hasta el hueco de mi boca,

como lava viva de volcán incandescente
que explota
e impele en sonoridad colorida
un evocador estallido como de antigua era ya en el olvido.
Y que al elevarse la erupción escupe sólo dos pesadas y pequeñas rocosas,
TE AMO.

Y es en la fractal del milésimo segundo, nada
porque en el instante de expulsar su lava ascendida
ya la palabra mutó y es material condensado
rígida piedra que cae desplomada
sobre el paraje seco, amplificada la nada
donde probablemente y con el paso de los siglos
pudiera surgir algo vivo...
Qué no sería este amarte que anhelé eternizar.

          Y quién me dijera qué hacer ante la marea que, el-a-mar-te,
          desborda.
          Y qué mal la retengo en un gran rompebesos
          inútil dique que no sabe cómo contener este aluvión de ellos
          que desbordado inunda las ganas de ahogarte en la mar de mi saliva.
          E intriga
          acrecienta la desconcertada duda
          al contemplar la infinitud de elementos, nobeso
          que confluyen en flujo de saberte
          sin disipar lo que creí soy al entrar en el torrente
          donde intento ser en ti
          y que pese al desconsuelo, no somos...
       
          Porqué sólo al confluir en no-dos,
          cabe la posibilidad de lo inmenso en el continuo de amar.






Sin piel la ternura es frágil esfera.rt
14 XI 2012. Entre dos carreteras sin fin

Imagen: Anónimo
Letras: yguana rosa

http://www.youtube.com/watch?v=Pfluj4dQB2c

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