Cómplices entre lo negro y lo blanco

Lluvioso. 

Pinta el cielo entero

                                    chubascos y vencejos

                                    en blanco y negro.

Poet@errante.

Sabían que la noche llegaría fría.


Todo el fuego se había consumido,
por un lado,
en el otro sentido
no había nacido fuego alguno
los embriones de llamas ardían latentes
en el pecho y su empeño.
Y fue así como
su abrazo se convirtió
en calefacción humana.
(Que todo ser nacido en aquel planeta
tendría que haber tenido al alcance de la mano
en ese desierto gélido que se transita 
so pena de sucumbir en las tinieblas y su desastre solitario).


La noche trajo un suave y discreto
golpeteo del viento en la ventana
que se acopló al cantar alegre
de aquellos ojos desolados y ojerosos
a aquellas 4 manos calentitas de tanta caricia retenida
ensamblaje de todos los poros abiertos en espera de recibir
lo que se tiene por certeza 
y que jamás es (ha sido) en su realidad.
Y se ajustó el trance oculto y respetuoso a los labios 
que en lugar de besos
emitían risas entre canto y canto.
Sucedía el encuentro en medio de un invierno,
que al menos entre aquel paraje,
se dijo que duraría varias décadas.


Y sin embargo
al cruzar la sensualidad del alba por la azotea barrida por el viento
tenues rayos de sol se posaron sobre el cuello de un colibrí amanecido:

-¡Destellos iridiscentes!

Gritaron, ambos, al unísono...

Bajo el puente olvidado.rt

2 de mayo 2012, Morelia

Fotografía:  Alex Montaño

Letra: yguana rosa